La vida es hermosa y breve, aun así, uno de los mayores placeres es tener con quien compartirla. Encontrar la pareja ideal, esa media naranja con la que todos soñamos.
Por eso, cada vez que conocemos a alguien y nos resulta atractiva pensamos que es la persona correcta, nuestros sentidos se ponen en alerta, las hormonas se activan e inician su trabajo, lanzándonos a un torbellino de emociones que van del coqueteo a la seducción...
Todas estas fases llenas de efervescencia, desenfreno, cosquilleo, nerviosismo, ansiedad y pasión, se dan en la etapa mas intensa del enamoramiento...
Pero luego, comenzamos a sentirnos cómodos, aceptamos una relación, nos comprometemos y un buen día, despertamos con una pareja estable.
Muchos llegan a ese momento sin ni siquiera darse cuenta, solo se dejan llevar, creyendo que esa pasión desenfrenada durara siempre...
Muchos llegan a ese momento sin ni siquiera darse cuenta, solo se dejan llevar, creyendo que esa pasión desenfrenada durara siempre...
Mientras estamos en esa embriagues química que conocemos como amor, nuestras hormonas son como un volcán en erupción, nublan la razón y la lógica.
Este ciclo suele variar de un sexo a otro y por lo general es relativamente breve, mas en el hombre que en la mujer...
Este ciclo suele variar de un sexo a otro y por lo general es relativamente breve, mas en el hombre que en la mujer...
Luego de un breve periodo vivir juntos, se dan cuenta de la triste realidad, la pasión es efímera. Mucho mas de lo que la mayoría cree.
Posteriormente, cuando recuperamos el control pasamos al análisis lógico de la pareja, nuestro subconsciente evalúa cualidades diferentes a las iniciales. Ya cabeza fresca, determinamos si cumple con nuestros estándares sociales y familiares, si pasa la prueba, continuamos, si no, volvemos a empezar...
Esto se debe a que ya no somos animales y poner todas nuestras esperanzas en un solo factor, aun que sea tan relevante como el olor, ya no nos resulta tan interesante. Con la civilización se ha incorporado a la selección de pareja muchos otros aspectos a considerar...
Hoy en día, no todos eligen parejas con fines reproductivos. En muchos casos, si bien es cierto el olor corporal juega un papel primordial a la hora de conocer a alguien, son otras variantes las que se toman en cuenta a la hora de elegir.
Es muy común, que dos personas decidan juntarse por razones tan triviales como la posición económica, intereses comunes, clases sociales, entre otras. Pocas veces se piensa en la procreación y futuras generaciones...
Normalmente, cuando son esas otras las razones las que predominan para la unión en pareja, las relaciones suelen ser estables y poco apasionadas, no pasan por los diferentes niveles de enamoramiento, es un simple y cómodo acuerdo mutuo.
Caso contrario ocurre en un enamoramiento instintivo donde es nuestro subconsciente a través de las feromonas quien elige la pareja ideal. Tomando en consideración claro esta, la parte genético-reproductiva...
Algo bien interesante y que vale la pena destacar es que en este tipo de relación, todas los matrimonios o parejas suelen responder algo similar respecto al olor del otro: "Me fascina su olor, me enloquece..."
Es normal dado el hecho que la compatibilidad hormonal es completa. Aun cuando, luego de algunos años de matrimonio, el panorama cambia, si hacemos la misma pregunta, nos responderían algo así como: "Me encanta su olor, me relaja, me hace sentir segura y cómoda..."
Cuando preguntas si el sexo es tan bueno como al principio, la mayoría dirá que no. Las excusas y explicaciones son muy variadas, desde el estrés del trabajo, el agotamiento, los niños, cualquier cosa es buena para justificar...
Pero la verdad es que nuestro cuerpo va cambiando y una vez que nos sentimos cómodos y nuestra etapa fértil va en declive, nuestras hormonas se tranquilizan y comienza a predominar las endorfinas, mejor conocida como la hormona de la tranquilidad y felicidad...
Si bien es cierto, en muchos casos el amor aun esta esta presente, la mayoría de los matrimonios se queda en el ámbito de la comodidad y seguridad...
A eso se reduce la pareja, el maravilloso olor corporal que en un principio nos volvía locos y nos impulsaba a actuar de forma irracional, termina reducido ha una sensación de estabilidad...
Esto, en el mejor de los casos, pero ¿que sucede cuando nuestros instintos afloran y los intereses y pasiones cambian? ¿Cuando nuestro olfato y hormonas despiertan...?
Como siempre, la naturaleza se impone, si la persona que tenemos a nuestro lado no es compatible geneticamente comenzamos a rechazarla, no soportamos su olor, ese que en algún momento nos pareció agradable, ahora nos resulta repulsivo.
Tanto así, que cuando este tipo de parejas se separan, es muy común escuchar frases como: " No soporto el olor de ese hombre o mujer..."
Muchos creen que esta es la base primordial de la infidelidad, sin embargo hasta ahora no hay ningún estudio serio que sustente este hecho...
Aunque no lo crean, hasta en la intimidad todo es "Cuestión de Olores..."
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