Cuando se trata de la amistad, estoy segura de que cada quien tiene su propia teoría. Todos creemos saber las cualidades y bondades que hacen de una persona el mejor amigo.
De ser cierto eso, como explican el hecho que cuando peor nos sentimos, la sola presencia de esa persona nos tranquiliza, no sus palabras, ni sus consejos, solo el que este allí, en silencio acompañándonos, prestando su hombro para recostarnos, sin decir nada, ni argumentos, ni consejos, criticas, ni reproches...
Esto es por que esa persona que solemos llamar amiga o amigo, tiene mas en común con nosotros de lo que creemos...
En mi humilde opinión, eso es lo que me tranquiliza en esos momentos, un olor conocido. No una palabra, un perfume, nada de eso, el olor de esa persona es un bálsamo para nuestro estado de animo.
Un claro ejemplo de este efecto, es cuando un bebe llora inconsolable en brazos extraños y cuando su madre, padre, o familiar conocido lo toma, se relaja casi de inmediato, como por arte de magia, así mismo pasa con nuestros amigos.
De allí, que resulta muy difícil, confrontar situaciones adversas en compañías de extraños, incluso en lugares extraños, donde no identificamos ni sentimos ningún olor conocido, no por capricho cuando peor nos sentimos, solo queremos estar en nuestra casa...
El olor de esa persona en momentos tristes puede resultar tan reconfortante como el de un buen café al levantarnos o un chocolate caliente en una tarde lluviosa, solo con el aroma ya sentimos su calidez...