Generalmente, cuando hablamos del alma, no sabemos a que nos referimos realmente. Durante siglos las diferentes civilizaciones han estudiado este tema, sin llegar a ningún consenso...
Algunos científicos creen que el alma es algo tangible y cuantificable o mejor dicho pesable. Muchos experimentos han demostrado que hay una pequeña porción de aire que abandona el cuerpo humano justo al morir y algunos de ellos creen, que es el alma o espíritu de la persona..
Yo particularmente creo que es real, manda señales claras e incluso tiene su propio olor. Si no, como explicar que hay personas tan agradables al olfato y otras no...
Definitivamente el aroma que desprenden las buenas personas, las que son puras de corazón y honestas, siempre es diferente a los fuertes olores que identifican a las que tienen, por decirlo de alguna manera, un alma negra...
Suele pasar que, nos sentimos muy a gusto con las primeras e incomodas con las segundas. De cierta forma, nuestra mente sabe cual es cual y nos manda señales especificas en cada caso.
Claro esta, muchas veces nos cerramos a escuchar o entender lo que nuestro olfato quiere decir...
En este sentido, conozco personas de ambos grupos, las que huelen tan dulce como la miel, lo cual se refleja en su personalidad y también las que huelen a azufre y te caen como una patada en el estomago..
No es casualidad que emitamos esos olores y ademas estén a tono con nuestros sentimientos valores y personalidad, así como, tampoco es casualidad que podamos detectarlos con tanta facilidad, suele ser un mecanismo de protección...
Por lo general, cuando por casualidad me cruzo con uno de esos sulfurosos, suelo salir corriendo de allí. Les sugiero que hagan lo mismo...